sábado, 2 de septiembre de 2017

BARCELONA

Curioseo en un mercado de libro viejo, una mañana de domingo de primavera. He encontrado una postal antigua de esta ciudad de los mil prodigios. Le quito el polvo con los dedos y la acaricio con la mirada. Después miro a mi alrededor y me doy cuenta que de aquel sueño ya no queda nada en pie. Sólo suciedad y ruido de sirenas, y gente maleducada chafardeando en los mercados de los colores y los olores deliciosos. Una traza del polvo de la postal se ha quedado entre mis dedos, como un rastro de vida. Llevo en el bolsillo, dentro de un sobre, la belleza en blanco y negro.


(Joan Isaac, Mayo 2017)

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